INCLUSIÓN EN LAS
ESCUELAS Y COLEGIOS SIGUE SIENDO UN DESAFÍO
La inclusión de un
niño autista en la red de enseñanza formal es fundamental para que ella
desarrolle sus capacidades y habilidades creativas, eso figura en la ley –
pero, la inclusión de ellos en las escuelas o colegios todavía no es una
realidad.Poquito a poco el escenario viene cambiando. “Nuestro grande desafío
es hacer con que los centros educativos se transformen en un espacio en que las
diferencias sean respetadas. Y eso se aplica a niños con cualquier condición o
enfermedad”, declara Andrea Silva.
Conforme la pedagoga,
aunque las escuelas aún sean resistentes, los educadores de hoy día poseen
mejores instrumentos para lidiar con la cuestión. “El problema, más allá de
cualquier cosa, es la falta de conocimiento sobre el tema. Un ejemplo es creer
que el Acompañante Terapéutico de un niño con TEA va ser un estorbo en el aula,
cuando en realidad el acompañante es un facilitador para su aprendizaje –
muchas de ellas solo logran frecuentar la escuela cuando tienen el Acompañante”.
Andrea Ribeiro, madre
de Nina, 6 años, cuenta que siempre tuvo una participación activa en la escuela
y que eso fue fundamental para que los docentes, padres y alumnos aceptaran la
hija y sus limitaciones. “Fue un aprendizaje para mí y para la escuela, que
nunca había recibido ningún niño autista antes. Tuve de comenzar de cero. Como
Nina frecuentaba esa escuela desde muy pequeña los demás niños siempre fueron
muy solidarias, pues la conocían desde chiquitita. De a poco, en las reuniones
de padres, fui ganando el apoyo de otros padres, que fueron percibiendo que la
Acompañante de Nina no era un elemento perturbador de la dinámica de clase. Hoy
día mi hija logra acompañar sus compañeritas hasta mismo en los viajes – por supuesto,
hacemos toda una preparación para que ella no extrañe algo que no sea parte de
su rutina”.
Hay un movimiento
creciente entre los especialistas en TEA para generar conocimiento en las
escuelas y capacitar a los educadores a trabajar con niños con el trastorno. “Lo
que la gente desea es que la escuela, así como la sociedad, tenga una mirada
más justa para las diferencias”.
ATENCIÓN PARA ESTAS
SEÑALES
Por lo general un
niño con TEA recibe diagnóstico cuando tiene entre 3 y 5 años, periodo en que
la convivencia social queda más comprometida, tornando más evidente el
trastorno. Pero los padres pueden quedar atentos a algunas señales mucho antes
de eso.
“Todo indica que las
anormalidades comienzan entre los 6 y los 12 meses. Al comienzo de la vida de
los niños con TEA, la interacción social puede no estar totalmente reducida, pero
comienza decaer después de los 6 meses”, afirma el doctor Mari.
Si acaso, usted
observar algunas de las señales, procure un psiquiatra infantil o especialista
en desarrollo infantil. Atención para no entrar en pánico si constata que su
hijo presenta alguna de esas manifestaciones, pues otros trastornos del
desarrollo y lenguaje también comparten algunos de estos síntomas.
La mejor orientación
es: observado una o más señales, llevar a su hijo a un especialista.
Entre 2 y 3 meses
No estabelece contacto visual diretamente
mirando a los ojos.
6 meses
No sonrríe.
Cerca de 8 meses
No lo acompaña con la mirada mientras
usted se distancia de el.
Cerca de 9 meses
No balbucea palabras.
No ofrece los brazos cuando la madre
entra al cuarto.
Cerca de 1 ano
No busca por usted cuando lo llama por
el nombre.
No da “chau”.
Cerca de 1,5 ano
Todavía no pronuncio ninguna palabra inteligible.
Cerca de 2 anos
Todavía no elabora ninguna frase con
comienzo medio y fin.
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