Galletitas de varias formas y un montón de aprendizajes
Ellos ponen atención a todo lo que pasa durante todo el tiempo en que están aquí en el Centro Educativo.
Hoy, por ejemplo, observaban los olores, los colores, las formas, las texturas y mucho más.
Probar es la receta para una educación diversificada y alegre, en una trayectoria en la cual maestro y alumno se permiten aprender y enseñar.
Aquí no tratamos al alumno como si fuera una cajita donde el maestro viene a depositar sus conocimientos. Sí bien utilizamos el Programa oficial de Anep/2008, pero sin frenar las múltiples posibilidades que surgen a partir de la singularidad de cada niño en las experiencias que se generan a cada encuentro. Los educadores del Colegio Cristiano de Florida somos cientes de esa realidad.
Ahí está el vídeo que la maestra (Silvita) del Taller de Inglés indicó para que los papás canten con sus chiquitos en casa. Así, mientras cantan, se divierten aprendiendo. Disfruten!!!
Del saber colectivo existe la posibilidad de surgir las perspectivas correctas para la educación que se merecen los niños, y las acciones educativas que ellos necesitan.
Para ellos lo imposible no existe, todo es posible...
Para ellos, hacer bichos con formas raras, grandes y miedosas, pequeños pero increíblemente fuertes, utilizando masita casera de modelar es fácil, pues están acostumbrados crear mundos a partir de la nada.
Lo que cuenta es la imaginación y la alegría de saber que lo que producen juntos es el saber compartido y que las fortalezas de los castillos de juguetes, son simples caricaturas de las verdaderas fortalezas que aprenden para llevar por toda la existencia.
Y, claro, con ellos/por ellos el génesis sucede todos los días y a cada instante, en los macro y en los micro mundos.
Bajo cual perspectiva estamos haciendo nuestra práctica educativa? Conservar la mirada del/de niño es sumamente importante para mantener la actitud que a todo renueva. Es la mirada curiosa, creativa y (re)creadora a partir de elementos comunes a todos nosotros, pero que ellos captan algo distinto, innovador, sorprendente.
¿Cómo lo lograr eso? Con la disposición a arriesgarse, equivocarse sin miedo conservando siempre la esperanza, perseverando en el continuo gerundio de la vida.
Por lo tanto...
Así como el Sol brilla todos los días, también los educadores tienen su rutina cotidiana. Lo que transforma la rutina en algo nuevo cada día es la mirada que a todo ve la posibilidad de transformar y ser transformado, la manera como vemos las cosas dictará (aunque en parte) la forma como reaccionaremos delante de los desafíos; la manera como vemos a las personas dictará (en grande parte) la forma como nos relacionamos con el prójimo y, por ende, con nosotros mismos y con nuestro entorno.
La escuela puede ser más que un lugar donde hay hojas y programas, puede ser la vida en sí misma que se nos presenta en forma de una lección compartida por uno de los pares o por un educador, independientemente de las cuestiones edilicias.
Bajo cual perspectiva estamos haciendo nuestra práctica educativa? La mirada del Viejo, la del Joven Padre o la del Niño?
El cuerpo posiblemente puede sobrevivir sin alimento hasta cinco
semanas, pero no resistirá más de cinco días sin agua. Por lo tanto, es
necesario tomar por lo menos 8 a 10 vasos diarios para reemplazar la pérdida
que se presenta con el sudor y la orina. El agua es un alimento verdaderamente
extraordinario y esencial para la vida. Los alimentos y gases se transportan
por medio acuoso, los productos de desecho se expulsan del cuerpo mediante la
orina y las heces.
El agua regula nuestra temperatura, lubrica nuestras articulaciones y
contribuye de forma decisiva a dar estructura y forma al cuerpo.
Además, una correcta hidratación contribuye a mantener la piel tersa y joven,
ya que la deshidratación aguda o crónica provoca que la piel se arrugue y
resquebraje con facilidad.
A menudo una persona pierde más agua de la que toma, pero su contenido
en el cuerpo permanece relativamente estable a lo largo del tiempo y, en caso
de desequilibrio, una nueva ingesta de líquido permite ajustar rápidamente el
nivel de agua que nuestro cuerpo necesita. Con el sol y el calor
transpiramos más, luego, la pérdida de líquidos se incrementa. Si a ésto se
añade que cuanto más liquido se pierde, más disminuye la capacidad del
organismo para regular la temperatura, se entiende lo fundamental que resulta
reponer ese agua. No debemos esperar a sentir sed para tomar agua; la boca seca
ya es síntoma de deshidratación, y el instinto de beber se pierde con la
deshidratación progresiva.