JESÚS, ENSÉÑANOS COMO ORAR.
LA VIDA ES LA ORACIÓN Y LA ORACIÓN ES LA
VIDA
Lucas fue un médico que con precisión quirúrgica
realizó esmerada investigación sobre la vida de Jesús ordenando el relato cronológicamente.
El relato histórico, conforme constatado
por él, es coherente, solido e incontestable.
Tenemos indicadores de que Lucas fue
cuidadoso en su labor investigativa. Utilizando vocablos específicos para
describir los hechos, la realidad vivida, presenciada por innúmeros testigos respecto
a la vida, muerte y resurrección de Jesús.
Las “cosas que se han cumplido entre nosotros”, “tal y como nos las transmitieron los que
desde el principio”, “testigos
presenciales”…
Pero, no podemos ignorar
que el significado de la palabra está situado hoy día en el contexto donde todo
es volátil, transitorio. Según Zygmunt Bauman, donde cualquier idea de felicidad
termina en una tienda.
Pero, para aquella gente
de aquel tiempo la triple “W”, la Word Wide Web, la Red de Alcance Mundial, la
base receptora que catapultaba los contenidos adensados hasta entonces eran
ellos mismos.
Cada cual era un servidor
de la palabra. Ésa es la designación que Lucas utiliza para los testigos
oculares – “servidores de la palabra”.
Aquellos que con sus
propios ojos habían visto la Palabra Viva, el Verbo Encarnado entre los hombres;
mujeres y hombres que con sus propias manos habían apalpado la debilidad de
Dios entre la gente, lleno de Gracia y de Verdad.
Aquellas personas, ricos
y pobres, sabios e ignorantes, independiente de la nacionalidad, pero cuyos
oídos y cuyo entendimiento no podían más negar la fuerza de las palabras vivas
que los llenó de consistencia.
La Palabra Viva los hizo competentes
para cruzar el mundo, la existencia sin asombro, sin miedo para dar testimonio
de la Luz.
Salieron de la caverna,
en la cual habitaban muchas sombras, para la Luz y, para la caverna no
quisieron más regresar.
Aunque eso implicara en
la muerte, puesto que para ellos, los que habían entregado el existir en los
brazos de la Vida, ya ni siquiera la muerte los podría detener – LA MUERTE FUE
VENCIDA EN LA CRUZ DE CRISTO ANTES DE LA FUNDACIÓN DEL MUNDO.
Ahora, si llegaste hasta
aquí conmigo, quizás tengas ganas de preguntarme:
Si querías escribir sobre
oración, por cuál motivo empezaste describiendo cosas relacionadas con el
significado histórico, existencial, personal y comunitario de la palabra empezando
por lo descrito respecto a Lucas?
Muy simple!
El libro de Lucas en el
capítulo 11 él describe una situación bastante interesante entre Jesús y los
discípulos.
Un día, Jesús fue a cierto lugar para orar.
Cuando terminó, uno de sus discípulos se acercó y le pidió:
“—Señor,
enséñanos a orar, así como Juan el Bautista enseñó a sus seguidores”.
Era necesario que cada maestro tuviera su
propia oración, ya que la oración debería traer consigo la síntesis de toda su
enseñanza.
Cuando Jesús los enseña como orar básicamente
les está diciendo que no existe oración sin vida, ni vida sin oración. La vida
es la oración y la oración es la vida.
Es una relación dialéctica. Se retroalimenta.
Eso hace posible cumplir con lo que Pablo más adelante expresaría como un “orar
sin cesar”.
Lo que pasa es que nosotros trabajamos con
categorías de “alfabetizados disfuncionales”. La mayoría lee sin entender lo
que lee.
Sabemos leer, pero la mayoría mismo
diciendo que cree en Jesús, NO le da la razón al Evangelio.
Los alfabetizados disfuncionales, en ese
sentido, son aquellos que leen e interpretan las Escrituras teniendo como Hermenéutica
la lógica aristotélica, ignorando que Jesús es la única llave interpretativa
que nos posibilita entender plenamente el significado de todas las cosas.
Jesús es la Palabra Viva!
Si somos discípulos de Jesús, hay que
poner la mirada en Él porque en Él “palabra” es Palabra Viva, conforme la
descripción de Juan. Es algo no resumido a la cosa escrita, sino a los modos de
Jesús.
Jesús es el modelo. Elias y Moisés
silencian perante Él.
Jesús nos enseña que orar bien es aprender
a ser solidario con los temas del Cielo en la Tierra.
“Padre,
santificado sea tu nombre.
Venga tu reino.”
santificado sea tu nombre.
Venga tu reino.”
Orar/Vivir/Vivir/Orar conforme Jesús enseñó no es anarquismo, pero algo
profundamente subversivo.
El contexto en el cual el reino ha de manifestarse es en la vida.
No en cosas de apariencia de poder conforme el significado de poder
humano, sino conforme a la enseñanza de Jesús.
Pone al menor como el más importante.
Es posible de la debilidad sacar fortaleza.
Para encontrar la vida, antes es necesario estar dispuesto perderla.
Gana el que está abierto a la pierda como posibilidad real, cuyos valores
hallados en el corazón no están hechas de cosas corruptibles, sino de lo
incorruptible para la vida.
Orar conforme Jesús es negar a si mismo todos los días.
Es tener el corazón pacificado, sabiendo que sin Él nada somos.
Es saber que estando en Él y Él en nosotros no hay otra forma de orar
sino como decisión de amar, perdonar todos los días, siendo entrenados en la
paciencia, conforme el espíritu del Evangelio.
Orar conforme Jesús es ser proactivos, propositivos en
la vida: “Traten a los demás tal y como quieren que ellos
los traten a ustedes”.
Danos cada día nuestro
pan cotidiano.
Perdónanos nuestros pecados,
porque también nosotros perdonamos a todos los que nos ofenden. No nos dejes caer en la
tentación del Maligno, pero líbranos del mal”
Perdónanos nuestros pecados,
porque también nosotros perdonamos a todos los que nos ofenden. No nos dejes caer en la
tentación del Maligno, pero líbranos del mal”
Basta observar en la oración modelo los verbos
que indican acción consciente como cosa de todos los días.
Orar es ejercicio de vida! No es de nuestra
naturaleza el ser así.
Quizás por eso nos resulte más fácil hacer
conforme el modelo de los fariseos y saduceos que se dedicaban mucho más a la
cuestión estética de la forma, del culto al status que esperaban recibir al orar
en las plazas para ser vistos, admirados por todos.
Cosas tales que Jesús criticó públicamente. Las advertencias
son amplias, objetivas y muy claras, conforme registra el evangelio de Mateo en
el capítulo 6:
“Cuando ores NO seas como los hipócritas;
porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las
calles para ser vistos de los hombres”.
“Y orando NO usen de vanas repeticiones como
si por mucho palabrerío pudieran ser escuchados”
“Guardaos de hacer vuestra justicia delante de
los hombres, para ser vistos de ellos”
“Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar
trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las
calles, para ser alabados por los hombres”
Muy frecuentemente Jesús se apartaba de todos,
buscaba la quietud de un lugar desierto para orar.
Jesús nunca prohibió nadie de orar utilizando la
sonoridad de las palabras que brotan en el suelo fértil de un corazón grato.
Pero Jesús advirtió: cuando orares, entra en tu
lugar secreto y en secreto ora a tu Padre.
Porque la oración de hipócritas religiosos no
pasan el techo de su propia hipocresía.
Pero la oración hecha por un corazón lleno de
gratitud, que intercede por todos indistintamente, encuentra resonancia en la
vida.
Cariños!
Ozeias Bitencourt
Florida, Uruguay, 27 de noviembre de 2016. Domingo
después de la tormenta.
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